miércoles, 28 de mayo de 2008

Más gotas a un vaso que rebasa

Por estos días se cumple un año de la aprobación, por parte de la Cámara de Representantes estadounidense, del proyecto de ley del oficialismo republicano que contempla la creación de una valla de 1.200 kilómetros en la frontera sur que une -¿o separa?- Estados Unidos con México.

La norma promueve la construcción de un muro en el sector de la frontera que es principal punto de ingreso de inmigrantes ilegales. A diecisiete años de la caída del emblemático muro de Berlín, esta tendencia mundial asoma como respuesta a los conflictos bilaterales en diferentes puntos del planeta.

Así parece al considerar los muros que Israel construye frente a Cisjordania, el mencionado que E.E.U.U. construirá en la frontera con México, los de España en Ceuta y Melilla, y los que también planean construir entre Chipre y Turquía; Corea de Norte y Corea del Sur; India y Paquistán; India y Bangladesh; Bostwana y Zimbabwe; Arabia Saudita y Yemen; Kirguistán y Uzbekistán; Tailandia y Malasia, sin contar ese muro líquido que se ha tragado centenares de pateras cargadas de africanos y expectativas. Según parece, la “aldea global” no fue planeada para tantos y entonces se reserva el derecho de admisión y permanencia.

En pleno desarrollo de este tipo de políticas internacionales, ambientes tan prósperos para la creación cultural como siempre fueron las orillas, las fronteras, se convierten en angustiantes vacíos de hormigón armado y alambres de púa. Cabe replantear un análisis de la importancia de estos espacios para el desarrollo del ser humano desde tiempos remotos: que hubiera sido de la filosofía sin esa preocupación metafísica por los límites (el más allá, Platón y el mundo de las ideas, Kant, San Agustín, Tomás Moro, Nieszche, entre otros) o de la música sin esa mixtura generada por el cruce de culturas (jazz, tango, hip- hop, candombe, samba, blues, bossa nova). Qué sería de la producción literaria en general, qué Comala o Macondo, esos lugares de convivencia entre los vivos y las ánimas, esas fronteras libres, describirían Rulfo y García Márquez. Sin esa libre vivencia de las fronteras, cuántas aventuras frustradas…triste Ulises.

El alarmante avance de la intolerancia plantea la sospecha ante lo desconocido y lo extranjero, que luego asociará gradualmente a amenaza, terrorismo, y enemigo. Esta peligrosa lectura de la realidad se aplica también en el interior de nuestros países, donde los muros adquieren características de discriminación explícita y simbólica, ya sea por cuestiones de género, nacionalidad, salud o situación económica. Entre estas formas de murallas debemos incluir los discursos de líderes políticos: “los muros de palabras opacas, (…) muros verbales para ocultar lo que está sucediendo mientras la topadora sigue desmantelando”(1).

Frente a este panorama mundial, parece oportuno recordar que las culturas se construyen en el despliegue de la gente en sus espacios y que tanto la realidad como la cultura son conceptos en construcción, lo cual requiere diálogo, tolerancia y reconocimiento de la diversidad como un valioso aporte a la pluralidad de la comunidad internacional.


F.G.B.


(1) John Berger, entrevista de Clarín, 2006.

martes, 27 de mayo de 2008

Remesas de inmigrantes, esperanza para los que se quedaron - Parte I

Las corrientes migratorias han sido, en los últimos 40 años, muy activas. Sobre todo, las limítrofes de los países andinos como Perú y Bolivia. Se percibe sin embargo, una retracción de inmigración chilena y un estancamiento relativo de Paraguay.

Según el Cónsul General de Bolivia en Córdoba, Oscar Sanjinés, "actualmente hay entre 18 mil y 19 mil ciudadanos bolivianos en Córdoba, número que se incrementa en períodos de cosecha en unos 4 mil y 5 mil personas".

Estos inmigrantes comenzaron el éxodo de los departamentos de Tarija, Oruro y Cochabamba, allá por los 70. Los hijos de familias con mayores recursos económicos venían a realizar sus estudios superiores en las universidades locales. Luego, los mineros que eran desplazados a partir de la privatización de las minas se expandieron y buscaron trabajo dentro y fuera de su país. Muchos de ellos se establecieron aquí, sobre todo en las tareas de agricultura y construcción.
Estos inmigrantes envían, hoy, $us 130 por mes a sus familias en Bolivia.

En América Latina y el Caribe los inmigrantes envían dinero periódicamente a sus familias en
montos que oscilan entre $us 200 y $us 300 mensuales. Si se suman todas estas remesas, el total es mucho más de lo que recibe la mayoría de los países en forma de asistencia oficial para el desarrollo más inversión extranjera directa. En 2004, los padres, madres, hijos, hijas, tías y tíos enviaron más de $us 45.000 millones a sus seres queridos en todo el territorio de las Américas”, cifra que, al pasar los años, se asume que crece geométricamente en las mismas proporciones que asciende la migración..

Fuente: eldeber.com.bo
Foto:
www.tempsdoci.com





Otras voces acerca de la globalización

(Fragmento de la entrevista al sociólogo Xavier Bonal, realizada por Eduardo E. Domenech. Astrolabio nº I, CEA, 2006)

¿De qué hablamos cuando hablamos de globalización?

Esta es una cuestión muy controvertida y ambigua que ocupa una buena parte de la literatura actual en ciencias sociales. Yo me baso fundamentalmente en las tesis de (Manuel) Castells, creo que son bastante ilustrativas para identificar un tipo de revolución tecnológica que tiene lugar a lo largo de los últimos 20 o 30 años y que implica transformaciones muy importantes tanto en el terreno tecnológico, de las tecnologías de la comunicación y de la información, como en aspectos productivos, en relación con la aplicación de conocimiento y tecnología en los terrenos productivos. Lo más significativo para mí es la transformación en cuanto a la posibilidad de producir en tiempo real. El conocimiento, la información, se convierten en inputs absolutamente centrales en el proceso productivo y permiten la compresión del tiempo y del espacio. La producción de bienes y servicios, de este modo, puede funcionar en tiempo real, gracias a que el mundo está interconectado a través de redes. Ello ha tenido y está teniendo implicaciones económicas, políticas y sociales de gran alcance.

¿Cuál es la importancia que tiene el estudio de la globalización como fenómeno económico, sociopolítico y cultural?

Esta es una cuestión amplísima. En el sistema económico lo que ha permitido es evidentemente la velocidad en las transacciones, tanto en el terreno financiero como en las propias posibilidades de intercambio de bienes y servicios, la movilidad del capital ha tenido una importancia clave. En este sentido, se alteran las relaciones económicas a escala internacional. La ventaja competitiva entre países se fundamenta más que nunca en la ventaja tecnológica y en la capacidad de innovación. Asimismo, en el terreno político-social, relacionado con el terreno económico inevitablemente, lo que se produce son cambios en la regulación social y política asociada a las nuevas formas de acumulación. Los cambios van desde las características del contrato laboral, que se debilita como base fundamental para los derechos sociales hasta la generación de nuevas formas de pobreza, que no sustituyen a las “viejas” sino que se suman a ellas. La pobreza por exclusión social se escenifica en la falta de acceso a una información y una tecnología que son hoy claves para incorporarse al mundo del trabajo y de la vida cotidiana. Y en el terreno cultural, yo pondría énfasis especialmente en cómo la globalización produce híbridos culturales de algún modo. La idea de que las identidades son más versátiles porque no están sujetas al trabajo del Estado-nación y en cambio mucho más sujetas a la interacción entre la circulación global de mercancías culturales y su extensión en todo el planeta.

¿Cuál sería la relación entre globalización y neoliberalismo? ¿Son dos conceptos que deben entenderse por separado o van necesariamente de la mano?

La historia reciente nos demuestra que son términos indisociables, porque sólo conocemos la globalización neoliberal. Yo prefiero separar analíticamente los fenómenos tecnológicos y productivos que tienen lugar a nivel mundial del aspecto más ideológico de cómo es utilizada esa globalización. Evidentemente el propio cambio tecnológico no es un cambio neutral, la tecnología no es neutral, pero eso es muy distinto a decir que analíticamente no sea separable, porque si no fuera separable globalización de neoliberalismo no podríamos pensar en otra globalización, en que otra globalización y otro uso de la tecnología es posible, a pesar de los múltiples intereses que subyacen en la producción y en la orientación de una determinada tecnología. Por lo tanto, para mí analíticamente la separación tiene sentido. Otra cosa es que la realidad histórica nos invita a reconocer que la globalización que conocemos es sólo neoliberal, es decir, aprovechada por una agenda política y económica que beneficia al capital, no al trabajo, a fracciones de capital financiero especialmente y que han tendido a imponer una doctrina que reduce mucho la presencia del Estado, sobre todo en el terreno del gasto público y de las políticas sociales y ofrece más margen de maniobra al mercado.

Decía anteriormente que si globalización y neoliberalismo no fueran separables no se podría pensar en otra globalización. ¿Qué alternativas hay a la globalización neoliberal? ¿Cómo construir entonces esa otra globalización?

Yo creo que el mejor ejemplo de ello es Porto Alegre. La experiencia de Porto Alegre tanto a nivel local con el tema del presupuesto participativo, con la posibilidad de formas de democracia directa sobre la decisión política, la idea de que las políticas del Estado son de los ciudadanos y son los ciudadanos quienes deciden, etc... creo que es el mejor ejemplo. Y nos sirve tanto como foco de resistencia y también como campo base de experimentación de que otra globalización es posible. Tiene que haber formas de aprovechar el desarrollo tecnológico de otro modo. Yo confío en que las propias contradicciones de la extensión del modelo neoliberal llevarán a facilitar de algún modo que la gente se acerque a posiciones distintas. En América Latina Brasil es un referente, la victoria de Lula creo que abre una puerta de esperanza para otra globalización alternativa y para que la izquierda política sea capaz de rearticularse ante un modelo que es devorador.



F.G.B.

lunes, 26 de mayo de 2008

El puzzle del mundo. Sobre globalización y otras cuestiones

Cuando uno aborda el fenómeno de las migraciones se cruza con una gran trama de subtemas complejos que no hacen más que dotarlo de una dificultad extra el intento por entenderlo integralmente.

Realidades como discriminación, xenofobia, outsourcing, precarización laboral, políticas inmigratorias, violencia e intolerancia, flujos de remesas -entre las principales- trazan un tejido de realidades que conviven en nuestro mundo global, generando particularidades en cada país. Éstas dependen del modo en que las naciones se han preparado -o no- para hacer frente a la globalización como fenómeno creciente e imparable.

Ese ámbito de lo local que está a su vez embebido de lo global, presentando adaptaciones particulares a esas problemáticas mundiales y dotándolas de matices vernáculos, es lo que denominaremos como ámbito de lo Interméstico, en palabra del sociólogo y politólogo estadounidense Robert Putnam.

Lo interméstico entre los vecinos de Alberdi.
En el barrio Alberdi de la ciudad de Córdoba, desde hace más de una década se ha ido formando una populosa comunidad de inmigrantes peruanos que fue atraída por aspectos claramente identificables con el cambio favorable que significó la paridad cambiaria entre el peso argentino y el dólar durante los '90.

Si bien hacia la década del '60 la zona del Hospital de Clínicas conoció sus costumbres, en aquella época solo se trataban de pocos casos ya que la posibilidad de estudiar medicina en la prestigiosa -y gratuita- Universidad Nacional de Córdoba estaba reservada a unas pocas familias de la elite peruana.

En épocas de un peso mano a mano con el dólar, el flujo de ciudadanos peruanos que se afincó en nuestra ciudad para trabajar y enviar dinero a sus familiares en Perú fue creciendo a un ritmo vertiginoso. Otro tanto ocurrió con la comunidad boliviana en Villa El Libertador.
Ambas barriadas fueron naturalizando -no sin conflicto- algunas costumbres y características de sus nuevos vecinos.

Ejemplo de ello fueron las adaptaciones que muchos comerciantes hicieron teniendo en cuenta este "nicho de mercado" en auge. Así lo admite Mario, quien incluyó desde entonces en la vidriera de su Telecentro de avenida Colón esquina Neuquén, todas las tarjetas y promociones disponibles para llamar a Perú, Bolivia y Paraguay.

Lo mismo puede verse aún hoy en cibers, comedores, bares, videoclubs y también en la programación de los locales bailables de la zona que promocionan grupos de cumbia "internacionales" como el Grupo Karicias.

Las remesas.
Según datos del Banco Mundial, las remesas destinadas a los países en desarrollo alcanzarán una cifra aproximada a los US$240.000 millones en 2007, con lo que este aspecto de lo interméstico no es menor. Esta realidad en Argentina nos toca por partida doble: lo enviado por nuestros compatriotas que trabajan en el extranjero y lo que envían desde aquí los trabajadores extranjeros que habitan el país.

Esta aproximación a un aproblemática tan compleja solo intenta plantear datos que puedan abrir el dabate sobre un panorama de tamaña complejidad.


F.G.B.

viernes, 16 de mayo de 2008

Discriminación sin fronteras

Hay un deporte que genera pasiones a nivel mundial como ninguno: el fútbol.

En los campeonatos surge un exacerbado nacionalismo y la xenofobia se multiplica.

En este contexto y en el ámbito de la provincia de Córdoba, hablar de opuestos futbolísticos nos remite a Talleres vs. Belgrano.

La comunidad de residentes bolivianos de Córdoba, aún no le perdona al ex intendente de la ciudad, Luis Juez, reconocido hincha de talleres, haber pretendido insultar al equipo de Belgrano llamando “bolivianos” a sus hinchas.

Según un estudio de especialistas de la Universidad Nacional de Córdoba, los extranjeros dejan pasar por alto la discriminación por temor a perder el trabajo o no poder insertarse entre los argentinos.

En el INADI, de 900 presentaciones anuales, sólo el 14 % son por causas de etnicidad.
Sin embargo la discriminación está presente cotidianamente en expresiones como “bolitas” y en “la negación del origen étnico” a decir del presidente de residentes bolivianos en Córdoba, Franz Prieto Terán.

En un reportaje en sosperiodista, destaca que sus compatriotas son detectados por su forma de hablar y por los rasgos físicos, y discriminados muchas veces por argentinos que fisonómicamente y paradójicamente son muy parecidos a ellos.

También la discriminación está dada en la especialización del trabajo: en la construcción, en las quintas, empleo doméstico o cortadero de ladrillos. En estas labores los bolivianos son explotados en carga horaria y en hacer trabajo pesado que los argentinos se niegan a realizar.

Esta situación se globaliza y se proyecta en otras latitudes con nuestros compatriotas.
¿Cuántos argentinos conocemos que en nuestro país jamás buscarían empleo como meseros o en obras de la construcción, y sí lo hacen en Estados Unidos o en España? ¿Y a ellos cómo los llamarán?

Argentina, patria grande

Desde el año 1853 y mediante el preámbulo de la Constitución Argentina, se enarbola la idea de incorporar a la Nación a todos los hombres del mundo que quieran habitar nuestro suelo.

Así pues se formó el verdadero “gen argentino”, mezcla de indio con criollo, español e italiano, una pisca de judío, un toque árabe, algún alemán que encalló por estas pampas y otros tantos…

Hoy, por cuestiones de la globalización, muchos argentinos buscan un destino mejor volviendo al terruño de sus abuelos, con pasaporte de la comunidad económica europea, una ventaja de haber sido tan buenos anfitriones otrora.

Por otra parte, ciudadanos de los países hermanos del Mercosur continúan migrando a la Argentina aún cuando la gallina de los huevos de oro del “uno a uno” no volvió a empollar.

No obstante, las promesas de trabajo y de vivir mejor, entusiasma a comunidades como la boliviana o la peruana que tienen hoy una importante presencia, concretamente en la provincia de Córdoba.

Según estadísticas de los respectivos consulados, hay en la provincia casi 19.000 bolivianos y 18.000 peruanos.

El 17 de abril de 2006 el gobierno de Néstor Kirchner impulsó el Programa Nacional de Normatización Documentaria Migratoria “Patria Grande” para regularizar la situación migratoria de los extanjeros nativos del Mercosur y sus Estados asociados para acceder a una residencia legal en el país.

Por su parte, en dos destinos elegidos por los argentinos para vivir fuera del país, los proyectos de leyes se endurecen para los inmigrantes irregulares, por el caso España y Estados Unidos.