domingo, 8 de junio de 2008

La comunidad peruana en Córdoba


Según información brindada por el Consulado General del Perú en Córdoba, a finales de 2007 se realizó un trabajo estadístico conjuntamente con la Organización Internacional de Migraciones, el Instituto Nacional de Estadísticas del Perú y la Dirección General de Migraciones de Perú que arrojó como resultado que 274 mil peruanos habitan la Argentina y 3 millones de ellos están dispersos por el mundo. En orden de preferencias a la hora de elegir un lugar de residencia está en primer lugar Estados Unidos, le sigue Argentina, y luego España aunque este último destino le "pisa los talones" a nuestro país.
Las corrientes migratorias actuales son producto de trabajos específicos en actividades como la construcción, el comercio y el empleo doméstico.
Las remesas tuvieron su auge en la década de los 90 y luego de la crisis de 2001 en Argentina, muchos peruanos tomaron la decisión de quedarse y traer a sus hijos, crerrando así los círculos familiares.
Hay tres grandes empresas dedicadas al envío de esos flujos formales de capitales con destino al Perú y que son de origen peruano: MagiExpress (una sociedad entre Magitur y Jet Perú); ArgenPer y Perú Service.
Córdoba es un destino obligado porque ofrece un importante mercado de trabajo y la comunidad peruana está asentada y arraigada en cinco barrios de nuestra ciudad: Alberdi, Providencia, Nuestro Hogar 3, Barrios Los Cuartetos y Arpeboch.
Son tradicionales los restaurantes de comida peruana de barrio Alberdi como así también las procesiones que a fines de octubre parten de la iglesia del Padre Saravia conmemorando la Fiesta Nacional de los Milagros.

Esperando datos que arrojará el Censo de agosto de 2008

Consultado el Director General de Migraciones, delegación Córdoba, Alberto Jesús Rubio, respecto a los índices de indocumentación de ciudadanos extranjeros residentes en nuestra ciudad, daba cuenta que el índice es muy bajo, aunque no se cuenta con cifras exactas sino aproximaciones que se realizan a partir de proyecciones de datos ciertos como por ejemplo el Registro de Educación. Tal el caso de lo realizado en Censo Nacional de Personas del año 2001, del cual de una composición etaria de entre 5 y 14 años de alumnos extranjeros pudo extraerse por aproximación la composición del grupo familiar. Esto en el entendimiento de que los niños extranjeros de esa edad conviven con sus padres.
Se espera con expectativa en agosto de 2008 la realización de un Censo Provincial en el que están incorporadas las preguntas de nacionalidad y tiempo de residencia en el país.
En otro orden, Rubio, explicaba la dificultad para contar con datos exactos debido al flujo y reflujo de las migraciones internas de los trabajadores extranjeros. Ponía como ejemplo a la comunidad boliviana que se dedica a la recolección de la papa y que trabaja durante la primera mitad del año en la provincia de Mendoza y luego se desplaza a nuestra provincia, en la segunda mitad del año, concretamente a la zona de Villa Dolores, para realizar la misma actividad.
Finalmente, indicó que con la implementación del Programa Patria Grande, en lo que va de 2008, 5600 extranjeros, regularizaron su situación de documentación migratoria.

La receta precolombina

Un dato singular y para destacar aportado por Alberto Rubio, es que los pueblos precolombinos aportan en el trabajo cotidiano, además del esfuerzo, el tiempo y la dedicación, una receta ancestral que tienen muy institucionalizada: la solidaridad.
Confirma que el trabajo comunitario en pos del progreso dentro de su propia comunidad es la premisa para resistir a los cambios económicos, políticos y sociales que viven fuera de su país.
Durante los 90 y la crisis de fines de 2001, estos vínculos fueron fortalecidos y estos pueblos progresaron dentro de nuestro país, con esta receta precolombina de ayuda mutua aportando eficacia en el marco de un discurso posmoderno.


Foto: http://webs.ono.com/lateuallar/IMAG_Mias/solidaridad.jpg

Remesas de inmigrantes, esperanza para los que se quedaron - Parte II


El libro Remesas de inmigrantes: moneda de cambio económico y social, de Donald F. Terry y Steven R. Wilson y publicado por el BID, refleja que las remesas masivas son un medio no tan sólo para comprar y vender, sino también para la transformación económica y social.

P. Weiss Fagen y M. N. Bump, autores del capítulo Envío de remesas entre países vecinos en América Latina, apuntan: “A finales de los años 90, la paridad de un peso por un dólar atrajo a grandes cantidades de trabajadores extranjeros, entre ellos bolivianos, a Argentina” (...) “Una crisis económica grave en 2001 llevó a abandonar esa paridad peso-dólar ...abandono que, asociado con la devaluación y el reducido poder adquisitivo, provocó una gran migración de retorno sin precedentes a Bolivia en 2002. Nada menos que la mitad de los bolivianos... se fueron de Argentina...; hay indicios de que la mayoría de los bolivianos que se fueron... volvieron a mediados de 2003, luego de haber agotado sus ahorros”.

La migración es un fenómeno imparable como son las remesas que los inmigrantes envían a sus familias. Mientras el Banco Central de Bolivia indica que 305 millones de dólares entraron por este concepto al país en 2004, en 2008 el BCB estima que fueron cerca de tres veces esa cifra, o sea, casi una quinta parte de las exportaciones.
Se estima que son tres millones los bolivianos que viven en el exterior, con todo el dinero que remiten se puede decir que es la más grande industria nacional.

Fuente: eldeber.com.bo